domingo, 26 de abril de 2015

Y supo entonces que no volvería...

Y mientras esperábamos , que todo pasara, que todo cambiase de golpe, lo que realmente pasaba era el tiempo...Un valioso tiempo desperdiciado...

Esperó cada mañana y cada noche...vio pasar cada sol y cada luna...mientras que no veía como pasaba su vida...
Más tarde lo lamentaría, pero ahora solo ansiaba volver a verle... aunque solo fueran cinco minutos más de interminables horas...Le prometió que volvería , y él nunca incumplía sus palabras.
Por lo que, sentada en una roca a orillas de la azulada mar, anhelaba su regreso, esperanzada de ver su silueta en el horizonte en cualquier momento, recortada a la luz de la luna.


Sus zapatos de tacón, desgastados por la sal y la arena se mantenían apoyados graciosamente en la roca; mientras ella día a día se derrumbaba más a su costa, perdiendo la energía y la esperanza...
La alegría de sus ojos verdosos se posaba en la luna solitaria que últimamente la acompañaba en aquella noche fría, al mismo tiempo que un profundo suspiro llenaba sus labios rosadas... Y entonces supo que él no volvería, y que ella tampoco.
No iba a volver, nadie volvería a ser el mismo.


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