Tumbada en la cama mirando a las estrellas del techo Miley volvía a pensar de nuevo.Era una de aquellas tardes nubladas, dónde la ciudad de Fleurouge yacía en una penumbra oculta entre las nubes...
La calle ,desierta de personas ,era iluminada por los contínuos semáforos y faros de los vehículos.Todo permanecía en silencio, hasta que pasaba algún tren por las vías de Madison Avenue.
Lentamente,Miley se levantó de la cama ,y se acercó a la ventana a contemplar el paisaje absorta en sus pensamientos.No miraba ;simplemente su mirada vagaba por los suburbios en busca de algo y, a la vez ,nada.
En aquellos instantes,un tren llegaba a la estación ,el "Sofia 4Express",uno de los últimos modelos en alta velocidad traídos en busca de mejorar la circulación y transitación de la ciudad, pero que ,en verdad, solo buscaba ahorrar tiempo.
El tiempo era una cosa que valía oro en Fleurouge.A nadie le gustaba desperdiciarlo ni que se lo robasen, por lo que era raro ver a niños jugando en la calle, padres con sus hijos en los parques, en la época en la que habían parques claro,... Ahora todo yacía en la penumbra.
Miley observó detenidamente el tranvía. Había sido pintado en una tonalidad de grises y negros, como todo aquí era ahora pintado. Era extraño ver algo colorido hoy en día. El Gobierno había prohibido los colores claros con la mera excusa de que nuestra sociedad no buscaba que la gente llamara la atención , y con el objetivo de ser considerados todos iguales.
No miraba ;simplemente su mirada vagaba por los suburbios en busca de algo y, a la vez ,nada. |
Sin dudarlo corrió hacia la puerta, cogió un jersey negro con topos grises junto con su trenca del perchero, y salió a la calle dando un portazo considerable.
En las escaleras,la Sra. Monroe subía la compra cargando un par de bolsas en cada una de sus manos.Al ver a Miley ,su cara albergó una sonrisa; o algo parecido. La Señora Monroe eran de esas personas que se encontraban solas y le gustaba que alguien les hiciera compañia. Miley le devolvió la sonrisa.
-Buenos días Miley ,¿adónde vas con tanta prisa?-comenzó.
-He quedado con Marc y Judy -mintió Miley.La señora Monroe no era de confianza para contarle nada,y menos cosas importantes.
-Oh ,vaya-.La cara de la señora Monroe se tornó decaída.-Bueno, dale a tu tía recuerdos de mi parte ,chiquilla.
-De acuerdo, así lo haré -.Odiaba que me llamaran chiquilla .Tenía 16 años, pero mi baja estatura no hacía aparentarlo.Envuelta en mi abrigo oscuro junto con mi gorro ,que me tapaba hasta llas orejas ,salí a la calle.
Mi tía no mejoraba...LLevaba ya dos meses metida en cama. Una enfermedad rara asolaba su cuerpo. El médico no hacía más que decirme que simplemente era una gripe y que pronto se recuperaría, pero yo no lo creía así.
Mis padres desaparecieron cuando yo tenía la edad de 5 años sin ninguna explicación,o eso era lo que me había contado mi tía. Ella era la única familia que me quedaba, y en los tiempos que corrían aquellos que quedaban sin familiares eran reclutados en una especie de sede, en la que eran divididos y asignados a determinados trabajos.
La sede se localizaba en las afueras de Fleurouge oculta entre los diferentes pisos y rascacielos como uno más,sin llamar la atención. Horribles historias asolaban aquella sede ...nadie que entraba en ella ,volvía a ser visto;al menos ,con vida.
Un enorme escalofrío ,de pies a cabeza, me recorrió el cuerpo entero. Mejor no pensar en ello.
Sin darme cuenta, había llegado a la estación. Una pequeña multitud conformaba una larga cola que se extendía hasta la entrada del medio de transporte.Un hombre envuelto en un traje oscuro se acercó observándome con sus grandes ojos claros bajo su gorra.
-Identificación,por favor- Su voz sonaba falsa, como si intentara hacerla más grave de lo que en realidad era. Le dirigí una mirada desafiante.-Si no tiene identificación no puede estar aquí-dijo rotundamente.-lo siento,pero tengo que acompañarla a la salida.-El hombre agarró fuertemente mi hombro.
-Tranquilo, no necesito que me acompañe-respondí rápidamente apartando su mano de mi hombro de un manotazo -Conozco la salida yo misma.
Me di la vuelta y enseguida comencé a andar hacia la salida. Vigilando por encima de mi hombro esperé a que el hombre desapareciera. Entonces, giré sobre mis pasos y eché a correr hacia una de las ventanas abiertas del tren sin pensar en otra cosa que alcanzarla.
Mientras corría, comencé a oír pasos tras de mí y voces que gritaban que me detuvieran, pero no lo hice.
Salté sobre una de las ventanas agarrándome fuertemente a su marco. Justo, el tren comenzó a arrancar. Me impulsé todo lo que pude para entrar dentro con éxito, pero justo el mismo hombre de antes agarró enérgicamente uno de mis zapatos.
El tren empezó a coger mayor velocidad,acercándose al túnel de salida. Forcejeé para que el hombre me soltara.Y lo hizo. Es más, me impulsó para entrar en el interior del tranvía.
Me golpeé fuertemente la cabeza al entrar con el suelo. Nadie pareció inmutarse de mi presencia .Mejor, prefería no dar explicaciones.
Permanecí sentada en el suelo mirando a mi alrededor atónita. Lo había conseguido. Sonreí triunfalmente. Pero no sabía lo que me esperaba a la vuelta de la esquina ...